miércoles, 28 de noviembre de 2012

Trilogía animal


Desde que vi en las estanterías de las librerías la portada de Los ojos amarillos de los cocodrilos estaba deseando engancharme a la  obra de Katherine Pancol. Al fin y al cabo, en ocasiones hay que dejarse llevar por el impulso del corazón, y esas portadas infantiles llenas de color, junto con el desconcertante título, me atraían un montón.

Así es que empecé con ganas la primera novela, y para mi sorpresa me encontré con una novela "de chicas", ya sabéis, protagonistas femeninas de todo tipo, pero con un denominador común: la dependencia económica y emocional de los hombres que las rodean. No es un gran libro, pero como su lectura es fácil (con un buen desarrollo de los personajes y los diálogos, aunque en ocasiones el salto de unas historias a otras es tan rápido que te desconcierta) continué con la segunda y tercera parte de la trilogía. 

A lo largo de las tres obras se produce un desarrollo tanto físico como emocional de los personajes, destacando especialmente la complicada relación entre Joséphine y su hermana Iris (¡ay, las relaciones entre hermanas!), la condena que hace la autora de las mujeres guapas (¡tan frías y tan vacías por dentro!),  y el cambio del primer a segundo libro (que pretenden hacernos pasar por un thriller en algunas de sus páginas).

Sin duda lo peor de la trilogía es su protagonista -Joséphine- una mujer débil, insegura, sosa, anodina y sacrificada que es incapaz de mostrarse a sí misma un poco de autoestima, y con la cual resulta imposible identificarse. Y lo mismo nos ocurre cuando pasamos revista al resto de protagonistas, cuyas historias se van tornando increíbles a medida que pasan las páginas. Sólo Marcel y Josiane consiguen despertarnos ternura, pero a Katherine Pancol se le va de las manos el tema de Junior, el hijo superdotado de la pareja (con capacidades psíquicas incluidas). Y es que poco a poco las historias se van tornando cada vez más inverosímiles, las relaciones más complicadas y el final apoteósico en el que triunfa el amor (hasta Trompet y Chaval terminan juntos 0_0) hacen de la trilogía una lectura poco recomendable. ¡Y pensar que España ha sido el talismán de estos superventas! Y amenaza con el regreso de los personajes en la saga de los Cortès ¬¬

Un último apunte: ¿por qué la autora piensa que es necesario sufrir por amor y que cuanto peor te trate un hombre más hay que amarle? En serio, esto sí que es sado, y no lo de Cincuenta sombras XD


jueves, 15 de noviembre de 2012

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero


El neurólogo Oliver Sacks nos regala este precioso libro de "anécdotas clínicas", en el que narra algunos historiales médicos de pacientes sin perder de vista la humanidad del sujeto que sufre. Como pudimos ver en la adaptación al cine de Despertares, lo que hace especial a este médico inglés es la relación que establece entre médico y paciente, una relación de aprendizaje mutuo no exenta de unas buenas dosis de humor.

En este caso, su estilo literario nos sumerge en una aventura en el mundo de la mente humana, despertando nuestra curiosidad y haciendo que nos cuestionemos qué es realmente la normalidad, pues en ocasiones la línea que separa la genialidad de la enfermedad neuronal se difumina y confunde. ¿Es necesario sufrir algún tipo de aberración en la percepción para que los dones artísticos y/o científicos surjan?

La obra nos ofrece diferentes formas de ver la vida: rastros musicales, números, pérdida del sexto sentido (propriocepción), reminiscencias involuntarias, agnosia... y todo ello desde el respeto hacia l@s propi@s pacientes, pues en muchos casos son ell@s l@s que buscan las soluciones a los problemas que la vida les va planteando, como el caso del músico con Síndrome de Tourette que decide dejar la medicación los fines de semana porque su música había perdido la genialidad que le aportaba su enfermedad :)

¿Cuánt@s de nosotr@s desearíamos tener la memoria y la sensibilidad de "El grove ambulante"? ¿Cuánto daríamos por ser capaces de recuperar lo que la mente olvidó? ¿Y por reírnos de la falsedad oculta de los discursos políticos que brilla ante los pacientes agnósicos o afásicos? 

¿Estriba la genialidad en problemas neuronales?

lunes, 5 de noviembre de 2012

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

Más de tres millones de copias vendidas, un autor (Jonas Jonasson) venido del, ahora tan de moda,  norte de Europa y una novela que destila humor inteligente. Aún así, sin duda, un libro que me hubiera perdido a no ser por la recomendación de un compañero de trabajo, pues, en principio, el tema de la vejez, residencias y demás suele dejarme un regusto amargo en el cuerpo.

El libro nos cuenta la historia de Allan Karlsson, un abuelete que está a punto de cumplir cien años y que espera la celebración que le han preparado en su residencia sin ninguna ilusión. ¿Y qué hace entonces Allan? Pues eso, saltar por la ventana y largarse :)

Y a partir de aquí comienza la aventura de Allan, un hombre que nunca se ha preocupado en exceso por los planes y por el futuro pero que ha vivido una intensa vida de aventuras: desde volar su propia casa hasta conocer a personajes tan dispares como Franco, Stalin, Mao o Churchill, incluyendo de pasada su decisiva colaboración con la construcción de la bomba atómica, tanto desde el bando norteamericano como desde el soviético XD

Narrado en forma de capítulos que nos guían por el presente (¿mencioné que nada más escapar de la residencia roba una maleta con cincuenta millones de coronas a un joven que dejó la maleta a su cuidado un rato mientras resolvía un apretón en un baño minúsculo?) y el pasado del centenario protagonista, es un libro que te hace seguir leyendo con una sonrisa en la boca, pues el cúmulo de casualidades que ha sido la vida del anciano nos deja una mirada diferente de nuestro propio futuro. 

En definitiva, una road novel que entreteje historias curiosas y en la que el bien, el mal y el azar se mezclan de forma magistral (inolvidable la muerte del segundo miembro de Never Again, aplastado por el culo de la elefanta Sonja XD)