miércoles, 8 de agosto de 2012

La Mecánica del Corazón


Primero, no toques las agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercero y más importante, no te enamores jamás de los jamases. Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo.

Cuento para niñ@s grandes, regalo mágico para el corazón por gentileza del soñador Mathias Malzieu

Es el día más frío de la historia, y a pesar de leerlo con el calor de agosto, un escalofrío recorre mi espalda cuando comienzo a leer el dibujo del primer capítulo, pues este escritor no  describe, sino que dibuja paisajes con un estilo delicioso: "Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines".

En este capítulo conoceremos Arthur´s Seat, el lugar que será nuestro hogar durante gran parte del libro, se nos presentará a "la extraña doctora Madeleine", esa dulce mujer a la que le encanta remendar a la gente y beberse cócteles preparados con sus lágrimas amargas como consuelo para su corazón, y, lo más importante, conoceremos a Little Jack, que nacerá de una niña que juega a tener un bebé, una niña que ha escalado la colina tejiendo bajo sus pies una alfombra de lágrimas heladas... el pequeño Jack, que nace con el corazón congelado y necesita un diminuto reloj de cuco en su pecho para hacer latir su corazón.

A lo largo de la historia nos encontraremos con personajes inolvidables como Arthur (y su melódica "Oh When The Saint"), las prostitutas remendadas Anna y Luna, el terrible matón Joe o el inventor de sueños George Méliès :)

Pero el hilo rojo que guía a nuestro protagonista será el amor por Miss Acacia, la pequeña cantante que trastoca el corazón y la cabeza de Jack, que ingenuamente se pregunta: "¿Qué tiene esta muchacha que me provoca estos sentimientos? ¿Está hecha de chocolate?"

Una pequeña cantante a la que seguirá hasta Andalucía, un frágil pajarillo con sus propios desajustes ("Me pregunto cómo unos ojos tan grandes y maravillosos pueden funcionar mal"), una centella imposible de poseer o de enjaular.

En resumen, una obrita absolutamente recomendable para tod@s aquell@s que sentimos latir nuestro corazón, aunque, como susurraba Madeleine al pequeño Jack, no debemos olvidar que

Love is dangerous for your tiny heart





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